En 2022 se cumplirán 20 años desde que el euro comenzó a circular en manos de los ciudadanos de la Unión Europea, dejando atrás las antiguas monedas de los Estados miembros. Pero incluso dos décadas después de la llegada de la nueva moneda, todavía hay miles de millones que ya no lo son.

Según cálculos realizados por Bloomberg, hay 8.500 millones de euros en monedas antiguas que aún pueden cambiarse en los bancos centrales de cada país.

Los últimos datos conocidos del banco central portugués revelan que todavía hay 11,4 millones de billetes de escudo que no han sido cambiados, lo que corresponde a unos 95 millones de euros, de los que más de un tercio representan billetes de cinco mil escudos. La última serie de billetes de escudo, de la serie Descubrimientos, aún puede canjearse hasta el 28 de febrero de 2022.

Alemania alberga el mayor volumen de billetes y monedas que aún pueden cambiarse en el Bundesbank: en conjunto, tienen un valor de unos 6.000 millones de euros. Le siguen Bélgica, Austria y los Países Bajos, pero la parte que aún existe en estos lugares es inferior a mil millones de euros, según las cuentas del periódico.

En España, Italia y Francia, los ciudadanos todavía tienen algo de dinero antiguo guardado bajo el colchón, pero ya no tiene valor. Las pesetas olvidadas, por ejemplo, valen más de mil millones de euros.

Mientras tanto, el Banco Central Europeo ya está adelantando planes para desarrollar nuevos billetes, que deberían estar diseñados para 2024. La institución dirigida por Christine Lagarde también podría lanzar un euro digital, que sería una forma electrónica de dinero del banco central accesible a todos los ciudadanos y empresas.