"En general, la actividad [de comercio de criptodivisas] es mayor en los países más importantes económicamente, aunque en algunos de ellos el volumen de transacciones es mayor de lo que cabría esperar en relación con el PIB (por ejemplo, Países Bajos y Portugal)", reza el documento.

Según un informe de ECO, el volumen de negociación de criptoactivos en España "tiene un peso proporcional a su PIB en el contexto de la zona euro", subraya la institución.

Sin embargo, el Banco de España va más allá. En el documento muestra una serie de gráficos, entre los que se incluye una visualización del peso de cada país en el volumen de transacciones con criptodivisas en la zona euro. Mediante el análisis visual se puede deducir que el peso de Portugal es ligeramente inferior al de Italia, pero superior al de Bélgica y Austria. Los países con mayor preponderancia son Francia, Alemania y Holanda.

El informe indica que los datos proceden del propio Banco de España y de Chainalysis, una empresa de información sobre el mercado de criptomonedas. Y aunque no permiten sacar conclusiones directas, hay algunos datos que estarían contribuyendo al mayor peso de Portugal en el mapa de las criptodivisas en la Eurozona.

Centro tecnológico

Por un lado, el país se ha consolidado como un centro de innovación tecnológica y es una opción frecuente para los nómadas digitales. Por otro lado, las ganancias obtenidas por la venta de criptodivisas en Portugal no están sujetas a Hacienda, por lo que el país es tratado a menudo en la prensa especializada como un "paraíso fiscal" para los aficionados a las criptodivisas. La ausencia de impuestos ha atraído incluso a algunos grandes inversores al país, como es el caso de la "familia bitcoin".

Bitcoin y Ethereum son dos de las monedas virtuales más populares. Tras un primer boom en 2017, el ecosistema volvió a acelerarse en 2021, con la aparición de nuevas soluciones tecnológicas y la entrada de nuevos inversores. En este contexto, la mayoría de las criptodivisas registraron valoraciones estratosféricas el año pasado, un fenómeno que se ha enfriado este año, dado el escenario de subida de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo.