Se trata de "un problema que se arrastra desde hace muchísimos años", dijo el presidente de la Confederación de Turismo de Portugal (CTP), Francisco Calheiros, que intervino en la presentación de las conclusiones del estudio "Impacto económico de la no decisión sobre la implantación del nuevo aeropuerto de Lisboa".
Francisco Calheiros destacó que la importancia del nuevo aeropuerto no es sólo para el turismo, ya que se trata de "una infraestructura nacional importantísima" para la economía portuguesa y para otras actividades.
"Es una gran infraestructura nacional que urge", añadió, señalando que el nuevo aeropuerto se discute desde hace mucho tiempo y que "es hora de ponerle fin".
El estudio analizó cuatro posibles escenarios.
Según el estudio, "teniendo en cuenta el tiempo necesario para el funcionamiento de un nuevo aeropuerto, la demanda insatisfecha del aeropuerto Humberto Delgado implicará costes muy importantes en los próximos años, especialmente en el sector turístico, pero también indirectamente en toda la economía portuguesa".
En el escenario en el que los impactos económicos "son más plausibles en el tiempo" -Portela+1, disponible en 2028 y con una recuperación más rápida de la demanda-, "se estima que la pérdida potencial acumulada de riqueza generada (VAB) hasta 2027 alcanzará los 6.800 millones de euros, asociada de media a 27,7 mil empleos menos anualmente y a una pérdida estimada de ingresos fiscales de 1.900 millones de euros".
Es decir, sumando al VAB no realizado los impuestos no recaudados, "el país podría perder alrededor de 9.000 millones de euros hasta 2027", señala el estudio.
Las pérdidas económicas podrían alcanzar el 0,77% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 0,95% en el empleo, "en este escenario de retraso en la decisión y rápida recuperación".