Según el Gobierno español, las reservas de agua del territorio peninsular se encontraban el martes al 40,4% de la capacidad total de los embalses y presas, con 22.689 hectómetros cúbicos de agua almacenados, lo que supone un descenso de 832 hectómetros cúbicos en un periodo de una semana.
Hace un año había 27.092 hectómetros cúbicos almacenados y la media de los últimos diez años es de 33.595, según los mismos datos oficiales.
El almacenamiento del martes en la cuenca del Guadiana, una de las que comparten Portugal y España, se situaba en el 26,2% de la capacidad total del territorio español, uno de los valores más bajos registrados en el país.
En el Duero y el Tajo, otros ríos que atraviesan los dos países, las reservas de agua se situaban en el 43,7% y el 41,5% en España, respectivamente, mientras que en el caso del Miño superaban el 51%.
En el caso del Guadiana, los 2.490 hectómetros cúbicos de agua almacenada son menos de la mitad de la media de los últimos diez años (5.256).
En el Duero, las reservas eran el martes de 3.278 hectómetros cúbicos de agua, menos que los 4.691 del año pasado y la media de 5.026 de los últimos diez años.
En el Tajo, las reservas son de 4.587, frente a los 4.916 de hace un año y la media de la última década es de 5.986.
Clima extremo
El nivel de las reservas de agua españolas es el resultado de la "escasez de lluvias" en todo el país, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que publica estos datos.
España vive este año la peor sequía desde 1981 y un verano marcado hasta ahora por temperaturas "extremas" y tres olas de calor, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La falta de agua ha llevado a los gobiernos regionales y a los ayuntamientos de todo el país a adoptar medidas de control del consumo, como el corte del suministro durante la noche, la limitación del consumo por persona en cada vivienda y la prohibición de ducharse en las playas, lavar los coches, regar el jardín y llenar las piscinas privadas.
La situación afecta especialmente a las regiones de Galicia, Andalucía y Cataluña, pero hay medidas para reducir el consumo de agua que se adoptarán en todo el país.
En el caso de Andalucía, los embalses y las cuencas fluviales están ya por debajo de la capacidad necesaria para abastecer a la población en los próximos meses, según las autoridades regionales.