El fin de los permisos de residencia a cambio de inversión, conocidos como visados dorados, era una de las propuestas contenidas en el programa Más Vivienda.
Con la entrada en vigor de la nueva ley, no se aceptarán nuevas solicitudes de concesión de visados de residencia para actividades de inversión, sin embargo, esto no afectará a la posibilidad de renovar autorizaciones ya concedidas. Las solicitudes de concesión y renovación de autorizaciones de residencia para actividades de inversión siguen siendo válidas, incluidas las que estén "pendientes de procedimientos de control previo en los Ayuntamientos" en la fecha de entrada en vigor de la ley.
La concesión o renovación de permisos de residencia por reagrupación familiar también queda excluida de la limitación adoptada. La propuesta inicial del Gobierno admitía nuevas solicitudes de permisos de residencia para inversiones o apoyo a la producción artística y a la recuperación o mantenimiento del patrimonio cultural nacional, pero el PS, partido que sustenta la mayoría parlamentaria, propuso, como especialidad, la eliminación de esta excepción.
El fin de los visados de oro para inversiones en vivienda dividió a los parlamentarios a diestro y siniestro, con BE y PCP exigiendo más al Gobierno y PSD, CH e IL impugnando la medida. El anuncio se hizo el 16 de febrero, en la primera presentación del programa Mais Habitação, cuando el Primer Ministro, António Costa, anunció el fin de la concesión de visados de oro como parte de las medidas para combatir la especulación inmobiliaria.
El Primer Ministro detalló, en aquel momento, que, "de los aproximadamente 11.000 visados de oro concedidos (...), más de 9.000 se dedicaban única y exclusivamente a inversiones inmobiliarias". Se trata de una "tasa muy baja, por no decir casi nula, de creación de empleo, y una contribución muy baja a otras actividades", señaló.