Según un comunicado de la Marina portuguesa, el lanzamiento de los torpedos contribuyó a "aumentar la eficacia táctica en el uso de esta arma" y a garantizar "el entrenamiento avanzado de las tripulaciones en la operación y lanzamiento de este tipo de torpedo".
"Los restantes buques de la fuerza contribuyeron a este mismo ejercicio, habiendo simulado buques enemigos".
Tras el lanzamiento de estas armas, el buque hidrográfico NRP D. Carlos I "realizó operaciones de recogida".