"Lo ideal sería que todos los fines de semana [con buen tiempo], al menos las zonas de baño estuvieran vigiladas, sin duda reduciríamos drásticamente el número de accidentes", afirmó José Archer.
Preguntado por los periodistas sobre si debería ampliarse la temporada de baño oficialmente definida (del 1 de mayo al 30 de octubre), el funcionario dijo que "idealmente" sería una solución, señalando, sin embargo, dos problemas.
Por un lado, recordó, hay "dificultades con la mano de obra", en referencia a la falta de socorristas.
"En algunas regiones del país es muy difícil, incluso durante la temporada de baño, contar con una oferta de socorristas cualificados para este puesto", dijo.
Fuera de la temporada de baño, añadió, "si ni siquiera existen las estructuras de apoyo a la playa, es muy difícil exigir que algún municipio dote a la playa de estas condiciones", aunque, en algunas zonas del país, concretamente en el Algarve, sí hay vigilancia en las playas los fines de semana de más afluencia, como Semana Santa.
El responsable también recordó que las playas con bandera azul "deben tener vigilancia" y que los criterios hoy en día "son muy estrictos", lo que permite en términos de resultados "tener prácticamente cero accidentes mortales durante toda la temporada de baño", aunque hay "obviamente excepciones".
En cuanto al número de accidentes en zonas no vigiladas fuera de la temporada de baño, José Archer calificó la situación de "preocupante" y señaló que "no ha disminuido".
En abril, el presidente de la Federación Portuguesa de Socorristas(FEPONS), Alexandre Tadeia, defendió que la temporada de baño "no puede restringirse sólo al verano" y abogó por aumentar la educación en seguridad acuática.
"La temporada de baño no puede limitarse sólo al verano, tiene que ser mucho más dinámica, igual que la temporada de incendios. Tiene que ser todo el año, porque usamos las playas todo el año".