La Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de Funciones Públicas y Sociales (FNSTFPS) dijo en rueda de prensa que la huelga era una medida solicitada por los trabajadores, que se han visto llevados al límite de sus posibilidades.

El preaviso de huelga "sacó a la luz pública una información que no se estaba dando, que AIMA no responde, como bien dicen los inmigrantes, porque no tiene personal suficiente para trabajar", dijo Artur Sequeira, líder de la federación, explicando que los trabajadores están obligados a trabajar 150 horas al año (horas extraordinarias) pero "están haciendo mucho más, y están presionados para hacerlo", están mal pagados y reciben estas horas muchos meses después de haber realizado el trabajo.

"Todo este proceso es de agotamiento, de descontento, y los trabajadores han tenido que dar una señal para que se produzca un cambio", ha añadido Artur Sequeira.

El descontento también se debe al "caos" en el que, según los dirigentes sindicales, se encuentra AIMA, que ni siquiera se sabe con cuántos trabajadores cuenta exactamente.

En un documento con 25 necesidades o limitaciones sentidas por los trabajadores, algunas de las quejas revelan confusión, como dificultad de comunicación sobre horarios o formas de justificar las ausencias, desconocimiento de la composición de los equipos, falta de seguimiento de los trabajadores o falta de comunicación con la dirección.

La falta de personal técnico especializado, las malas condiciones de trabajo, el hecho de que se llame a los trabajadores para otras funciones, de repente y sin formación, son otras de las quejas, además de que los trabajadores superan las 150 horas extraordinarias que no se pagan.

La FNSTFPS, que se reunió con el Gobierno a principios de mes y espera mantener un nuevo encuentro en septiembre, exige soluciones políticas para resolver los problemas, que se dote a AIMA de un mapa de personal con puestos de trabajo que respondan a las necesidades reales, y que incluya mediadores socioculturales, acabando con los protocolos con instituciones privadas de solidaridad social.

Los mediadores, advirtió el dirigente sindical, no están vinculados a la función pública y no pueden realizar determinadas tareas ni acceder a bases de datos, como la creación de informes para apoyar la toma de decisiones, cuando lo están haciendo.

En AIMA "no hay trabajadores suficientes, no hay gestión, no hay un reglamento que normalice el funcionamiento de AIMA, hay muchas dificultades de personal en los distintos sectores y todo este proceso genera un gran cansancio entre los trabajadores", resumió Artur Sequeira.

Y en cuanto a la estructura de misiones, anunciada por el Gobierno para solucionar el problema de los 400 mil casos pendientes, el dirigente sindical lamenta que el proceso aún no esté funcionando, que todavía no haya contrataciones, y dice que sacar trabajadores de AIMA para colocarlos en la estructura es "destapar un lado para tapar el otro".

Los problemas que se sufren ahora, defiende, deberían haberse solucionado antes de que AIMA empezara a funcionar.