Hasta 2026, la instalación industrial de Cimpor en Souselas, a las afueras de Coimbra, tiene previsto invertir aproximadamente 100 millones de euros en proyectos respetuosos con el medio ambiente que hagan hincapié en la innovación tecnológica y la descarbonización. Tras celebrar 50 años de funcionamiento, la fábrica, una de las entidades industriales más significativas de la industria cementera portuguesa, anunció nuevas inversiones para llegar a ser neutra en carbono en 2050.
Entre las iniciativas que se llevarán a cabo en Souselas destaca la reconversión de la segunda línea de producción para la introducción de arcillas calcinadas en la fabricación de cemento, según el director de la fábrica. El proyecto es pionero en Portugal y tendrá efectos en la economía local. Como explicó Susana Coimbra, "además del aspecto medioambiental asociado a este proyecto, se trata de una operación que contribuirá a la creación de puestos de trabajo locales, impulsando la economía y haciendo más sostenible el proceso de producción".
Un proyecto de descarbonización "tan ambicioso como el de Cimpor debe implicar necesariamente inversiones complementarias en varios frentes, tecnológico, medioambiental y energético, que permitan dar una respuesta integrada a los exigentes retos a los que se enfrenta esta industria", compartió Susana Coimbra en respuesta a una pregunta de la agencia de noticias Lusa.
Desde la implantación de su primera línea de producción en 1974, con capacidad para 500 mil toneladas anuales de clínker, la unidad de Souselas "ha evolucionado constantemente para responder a los desafíos del mercado y a las exigencias ambientales, hasta la implantación de modernas tecnologías que refuerzan su compromiso con la descarbonización", afirmó la empresa.