"La preocupación es genérica, y tiene que ver precisamente con esta preocupación por la dinámica de los precios y con lo que sabemos desde hace mucho tiempo sobre el impacto de los precios en el bienestar de los agentes económicos, en particular cuando los precios suben de forma muy acusada".
El gobernador consideró que "las espirales en las que los precios se alimentan de los aumentos salariales, que a su vez se retroalimentan, no son deseables y, por supuesto, deben evitarse".
En cuanto a los riesgos de que la inflación sea superior a la estimada, Mário Centeno reconoció que "existe, por lo que el balance de riesgos para la zona euro, en términos de inflación que se identifica, es un riesgo al alza".
El gobernador del BdP dijo que, a escala europea, "existen los mismos riesgos" que los identificados para Portugal, "que tienen que ver con el riesgo de transmisión de los costes de producción a los precios finales".
"Un banco central no puede dejar de preocuparse por los efectos de segunda vuelta sobre los salarios", dijo.
"No vemos que esta dinámica, en este momento, se produzca ni en la zona del euro ni en Portugal", dijo, pero reforzó que hay que señalar "las posibles fuentes de posibles presiones que puedan surgir".
"Seguramente lo que es la evolución y la dinámica inculcada en el salario mínimo puede tener este efecto negativo sobre el indicador de inflación, y esto es lo que estamos señalando", afirmó el gobernador del BdP, refiriéndose al Boletín Económico.
En el texto, el BdP señala que "cualquier aumento del salario mínimo en 2023-24 es también un riesgo al alza para la inflación".