El Programa Golden Visa portugués, puesto en marcha por el Gobierno portugués en 2012, ha sido en muchos sentidos un buen indicador de cómo los solicitantes del Programa ven el país desde el punto de vista de la inversión, especialmente en lo que respecta a cómo pueden mantener con seguridad su inversión durante el período mínimo requerido de 5 años, y además garantizar que dichas inversiones podrán generar un rendimiento.
Para la gran mayoría de los solicitantes, la decisión de invertir en un país que no conocen del todo (o no conocen en absoluto) puede ser seguramente difícil. Y la motivación inicial para hacerlo no suele ser en absoluto económica. En un mundo tan cambiante como el que vivimos, la opción de proporcionarse a sí mismo, a su familia y a sus futuras generaciones una opción para trasladarse potencialmente a un país tradicionalmente estable y, además, acceder al territorio Schengen, se considera cada vez más un movimiento estratégico y de seguridad.
El entorno estable y regulado que ofrece Portugal, así como el apoyo local y los conocimientos técnicos de todos los agentes locales que pueden intervenir en las diferentes opciones de inversión disponibles, junto con un conjunto claro de normas que los solicitantes deben seguir, ha proporcionado la comodidad necesaria para tomar la decisión de solicitar el Golden Visa y es un factor determinante para el éxito del Programa.
En las fases iniciales del Programa, las inversiones inmobiliarias eran la principal opción de los solicitantes. Portugal cuenta con un régimen jurídico de registro de la propiedad muy sólido y sencillo y los precios de los inmuebles eran considerablemente bajos en 2012, sobre todo en comparación con otros destinos de Europa. Ciudades como Lisboa y Oporto fueron los principales objetivos de estas inversiones, y el programa Golden Visa fue un factor clave para encender su rehabilitación urbana. Con él, hemos sido testigos de que Portugal ha ganado atractivo como destino turístico de alta calidad, un lugar para trasladarse, para jubilarse, para estudiar y, además, como un entorno favorable a los inversores, con un sistema político estable y un estado de derecho fiable.
Por lo tanto, era natural que a partir de 2018, la inversión en fondos de capital riesgo comenzara a atraer a los solicitantes de Golden Visa como una alternativa adecuada a la opción inmobiliaria. La oportunidad de participar en estructuras de inversión organizadas y altamente controladas y reguladas, que obligatoriamente tienen que desplegar al menos el 60% de su capital en empresas domiciliadas en Portugal, se sintió para un número creciente de solicitantes como la forma más adecuada de entrar en el Programa y participar en lo que se considera como una continuación de las capacidades de transformación de la economía de Golden Visa, con estas inversiones desplegadas directamente en una economía que tiene mucho espacio para crecer.
Las opciones de inversión en este sector crecieron enormemente en 2021, con gestores de fondos portugueses regulados que crearon fondos de capital riesgo dirigidos a múltiples áreas de inversión. Independientemente de que el Gobierno portugués haya elevado a partir del1 de enero de 2022 el umbral mínimo de inversión en estos fondos para los solicitantes del Golden Visa de 350.000,00 euros a 500.000,00 euros, lo cierto es que sigue siendo una de las formas más de moda para acceder al Programa.
La tendencia es, por tanto, que el Programa pueda crecer bajo esta opción de inversión de capital riesgo y con ello las empresas locales que se beneficiarán de las inversiones del fondo, generando un círculo virtuoso de desarrollo para Portugal.