El movimiento que este gran "abrazo solidario" generó en la comunidad escolar fue abrumador. Todo el mundo quiso contribuir, adquiriendo o compartiendo lo que fuera necesario para acoger a las familias acogidas por el ayuntamiento de Loulé.
Material escolar, ropa y calzado para niños y adultos, toallas, artículos de cocina diversos (vajilla, cubertería, ollas, frigoríficos, televisores, entre otros equipos necesarios para el día a día) fueron algunas de las cosas que llegaron al CIV. Y no se olvidaron de los más pequeños, para los que se entregaron cunas, cunas, sillas de coche, así como un mar de juguetes y patinetes para niños de diversas edades.
A través de los miembros de la comunidad escolar, el hotel Martinhal Sagres Beach Family Resort donó varios sofás, alfombras, sillones y sillas de bebé, ofreciendo una oferta de trabajo garantizada con alojamiento a las familias de refugiados que buscan una oportunidad laboral.
"¡La escuela es el motor para cambiar el mundo! Involucrar a los niños, jóvenes, familias y personal en una iniciativa como ésta da cuerpo y vida a los postulados educativos de la Escuela Internacional de Vilamoura, basados en los valores de la Democracia, la Paz y el Humanismo", dijo Cidália Bicho, directora pedagógica del CIV. "La capacidad de cambiar el mundo empieza en cada uno de nosotros, en pequeños o grandes gestos, según las posibilidades de cada uno", concluyó.
Los servicios del Consejo Municipal de Loulé y de la Junta Parroquial de Salir recogieron todos los bienes recaudados y reunidos por la comunidad del CIV, que fueron enviados a los distintos hogares.
La comunidad del CIV espera que este gesto pueda llevar consuelo y alegría a quienes han vivido el horror de la guerra, dejando atrás a muchos familiares y amigos. Juntos, seguiremos trabajando por la paz mundial y el bienestar de todos los seres humanos.