Con el fin de las restricciones impuestas por la pandemia, el número de matrimonios en el país se disparó un 9% en el primer semestre del año en comparación con 2019, con 13.904 ceremonias. De ellas, 3.294 correspondieron a parejas extranjeras, o parejas en las que al menos uno de los miembros es de otra nacionalidad, informó el Ministerio de Justicia a DN/Dinheiro Vivo.

Según un informe del periódico, el número de bodas extranjeras se disparó un 43% en comparación con el mismo periodo de 2021, aunque sigue siendo un 16% inferior al de 2019. Los turistas procedentes de Reino Unido e Irlanda son los principales mercados de este segmento, seguidos de Brasil e India. Suecos, australianos, españoles y franceses también son destacados por los empresarios del sector como mercados en crecimiento.

Aunque todavía no hay datos concretos sobre el número de turistas que viajan a Portugal para casarse, la duración de su estancia o los gastos asociados, se estima que las parejas de otras nacionalidades invirtieron alrededor de 158 millones de euros en 2019, según un estudio independiente citado por Turismo de Portugal, que apunta a un gasto medio de 25.000 euros por parte, excluyendo todos los demás gastos asociados, como el viaje y el alojamiento.

"La cantidad total manejada será en realidad mucho mayor, teniendo en cuenta que a esta cantidad se añade la inversión realizada por los invitados", subraya el presidente de Turismo de Portugal, Luís Araújo.

Enfrentarse a los competidores

"Los extranjeros gastan mucho dinero cuando vienen a Portugal porque traen gente, suelen alojarse en más de un hotel y prolongan su estancia durante muchos días. Gastan mucho y buscan servicios de alta calidad", explica Carina Monteiro, una de las fundadoras de Portugal In Love, un foro internacional de bodas que se celebra en Portugal. La funcionaria explica que el objetivo es posicionar al país como destino de bodas y competir con los principales competidores, como Italia o Grecia.

Turismo de Portugal se ha centrado en la promoción de este segmento en el extranjero, al considerar que el mercado de las bodas "empieza a asumir un papel protagonista en la economía nacional".

"El clima, la seguridad, los precios competitivos, la riqueza gastronómica, el paisaje diversificado, la oferta cultural, la calidad del servicio y de los lugares disponibles, junto con el arte de la hospitalidad, la posibilidad de hablar diferentes idiomas, la simplicidad de la documentación legal requerida, la preparación minuciosa y la disponibilidad de los agentes implicados en la organización del evento, son factores que sitúan a Portugal en primera línea a la hora de elegir un destino para casarse", explica Luís Araújo.

La demanda del Algarve

El Algarve sigue siendo uno de los destinos preferidos para las bodas extranjeras, con una larga tradición de acogida de bodas, al tiempo que es un destino vacacional preferido por los extranjeros, especialmente los británicos. La Asociación de Turismo del Algarve (ATA) afirma que el número de matrimonios extranjeros de este año ya ha vuelto a los niveles de 2019.

También crece el número de empresas especializadas en bodas internacionales. "Promovemos el Algarve como un destino totalmente preparado para acoger estas ceremonias. Las autoridades regionales también están preparadas para atender la parte procesal de los novios que no hablan portugués", explica el presidente de ATA, João Fernandes, que cree que el Algarve es capaz de "responder a todos los desafíos", debido a la amplia oferta disponible para este nicho del sector.