"No hay guerra por el agua. Hay, por parte de Portugal y de España, un trabajo conjunto y permanente (...) y lo que es un entendimiento respecto a un año particularmente difícil de este lado y del otro".
"Hemos estado en contacto con España, respecto a cuáles son las responsabilidades que ambos países tienen en términos de compromisos internacionales que asumen y nosotros, naturalmente, como siempre hemos hecho, respetaremos cuáles son los compromisos internacionales. Y, evidentemente, creemos que España es respetuosa con los compromisos internacionales que asume", declaró.
También se refirió a que "cualquier situación que tenga que ver con el entendimiento de los problemas que se están viviendo, por supuesto, debe ser discutida entre los dos países".
"Eso es lo que vamos a seguir haciendo", dijo, asumiendo que la sequía es un problema estructural y que el Gobierno "seguirá privilegiando el diálogo, que es el camino correcto para resolver los problemas".
El día 22, la delegada del Gobierno central español en la comunidad autónoma de Castilla y León, Virgínia Barcones, dijo que España mantendrá el flujo de agua de los ríos hacia Portugal y respetará los caudales acordados bilateralmente.
"España es un Estado serio que cumple los acuerdos internacionales que firma", aseguró Virgínia Barcones, a preguntas de los periodistas en la ciudad española de León, citada por la agencia de noticias EFE.
La representante del Gobierno central español en la comunidad autónoma de Castilla y León, limítrofe con las comarcas de Braganza y Guarda, añadió que, en Portugal, el destino del agua de los ríos que comparten ambos países "tiene las mismas restricciones por la sequía".