El "Libro Rojo de los Peces de Agua Dulce y Diádromos" (peces de agua dulce que migran del agua dulce al agua salada y viceversa) estudió 43 especies de peces, de las cuales 32 son residentes y 10 migratorias, confirmando también la extinción de una especie en Portugal, el esturión.
Según los resultados del proyecto, coordinado por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, hay seis especies que merecen la mayor preocupación por estar "en peligro crítico".
En este grupo se encuentran la lamprea, la lamprea del sado y el ruivaco occidental. Al grupo se unen tres peces migratorios, el salmón atlántico, la trucha marina y la lamprea de río.
Otros 15 peces están en peligro, entre ellos el sábalo, el saramugo o la boga portuguesa, y el proyecto sitúa a otras cinco especies en la categoría de vulnerables. Como resultado, 26 de las especies autóctonas, el 60%, están clasificadas en alguna de las tres categorías de amenaza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza(UICN).
Pedro Raposo de Almeida, director del Centro de Ciencias del Mar y del Medio Ambiente(MARE), que participó tanto en el actual como en el anterior, dijo hoy que el libro es un instrumento para ayudar a conservar los peces migratorios y de agua dulce, y advirtió que los próximos 10 son cruciales para nosotros en la gestión y conservación de la naturaleza en lo que se refiere a la parte acuática porque hay riesgo de extinción de muchas especies.
En la misma línea, Filomena Magalhães, coordinadora general del proyecto, destacó en la sesión de presentación del libro "la fuerza de los números", ejemplificando que sólo el 19% de las especies tienen una clasificación poco preocupante.
Y recordó que hay especies que no fue posible evaluar, que pueden estar amenazadas y en riesgo de perderse.
"Nos faltan datos sobre las poblaciones, pero la percepción que tenemos es que el escenario podría ser aún más preocupante. Los costes de la inacción son demasiado grandes", afirmó.
Para ilustrar la gravedad de la situación, el responsable recordó la existencia de endemismos lusitanos, lo que significa que no existen en ningún otro lugar del mundo además de los ríos de Portugal y que si la especie se pierde, es la pérdida global de la especie.
"Nueve de los 10 endemismos lusitanos se enfrentan a un riesgo de extinción extremadamente alto o muy alto", afirman sus responsables, según los cuales siete de los 17 endemismos de la Península Ibérica también están amenazados.
Para revertir la situación, Filomena Magalhães, profesora de la Facultad de Ciencias, defiende como imprescindibles medidas como la restauración del hábitat, la mejora de las condiciones de los sistemas acuáticos y de las zonas ribereñas, y tratar de contrarrestar intervenciones como la captación de agua. Y vigilar constantemente la situación.
Estructuras como las presas, la contaminación de origen doméstico y agroforestal o el cambio climático son otros peligros para los peces de los ríos portugueses.
De las 43 especies analizadas, sólo ocho no necesitan ningún tipo de preocupación.
El proyecto del Libro Rojo sobre los peces comenzó en 2019. Hoy también se ha presentado el Sistema Nacional de Información sobre Peces de Agua Dulce y Migratorios, SNIPAD, una plataforma que pretende reunir y facilitar el acceso a la información sobre los peces de los ríos portugueses y servir de apoyo a la investigación científica y a la conservación de estas especies.