El Atlas del Gusto afirma que "los petiscos son los parientes portugueses menos conocidos de las tapas, esencialmente versiones pequeñas de platos grandes. La práctica de comer petiscos es originaria de la Península Ibérica. Se pueden encontrar en tabernas o cafés llamados tascas, o en petisqueiras, bares y restaurantes que los sirven con cerveza y vinos portugueses."

Añadiendo que "estos aperitivos varían de un bar o petisquería a otro, y algunos de ellos incluyen salada de polvo (ensalada de pulpo), pipis o moelas (menudillos de pollo), caracois (caracoles en caldo de ajo), bifanas (bocadillos de cerdo), bolinhos de bacalhau (croquetas de bacalao), presunto (jamón ibérico curado), pica pau (pequeños trozos de carne adobada y verduras encurtidas), porco na banha (cerdo cocido en manteca), choco frito (sepia frita), y muchos más.

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El primer puesto fue para Kepta Duona, de Lituania. Para los que no lo sepan, "Kepta duona es un sencillo tentempié lituano que consiste en rebanadas de pan de centeno que se fríen brevemente hasta que quedan crujientes. El pan se suele cortar en finas tiras antes de freírlo en aceite, y se suele frotar con ajo (duona su česnaku), mientras que las variedades modernas suelen venir cubiertas de queso (duona su sūriu) o mayonesa. Este aperitivo se suele servir en los bares y se suele acompañar con cerveza o gira (kvas).