Las exenciones fiscales concedidas a los ciudadanos extranjeros que vienen a vivir, invertir o trabajar a Portugal han llevado a muchas personas a elegir el país para vivir. En la otra cara de la moneda está la fuga de residentes, sobre todo jóvenes, que se dirigen a otros destinos en busca de mejores condiciones de vida, trabajo y/o salario.
Según un informe de Bloomberg, basado en datos recopilados por el Observatorio de la Emigración de Lisboa, Portugal es el octavo país del mundo con mayor tasa de emigración en proporción a la población, con cerca del 25% de su población viviendo en el extranjero.
Rui Pena Pires, presidente de la entidad, calcula que una persona cualificada tiene dos o tres veces más probabilidades de abandonar Portugal que alguien sin ninguna cualificación, y que la mayoría de los trabajadores cualificados se van al Reino Unido, Irlanda, Bélgica y otros países del norte de Europa.
La elevada presión fiscal, sobre empleados y empleadores, es otro problema que persiste en Portugal, que tiene un régimen fiscal progresivo del 14,5% al 48%, recuerda la agencia, destacando que los salarios medios están entre los más bajos de Europa Occidental.
Incentivos fiscales
Al mismo tiempo, existen incentivos fiscales concedidos a los nómadas digitales, siendo Lisboa considerada por muchos como la capital europea en este sector.
Las cifras muestran que el número de Residentes No Habituales (RNH) también se disparó en 2022, habiendo decidido el Gobierno poner fin al régimen a partir de 2024, medida que se incluye en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2024 (OE2024 ).