La construcción, que pretende luchar contra la sequía que afecta a la región del Algarve, costará 90 millones de euros y será financiada por el Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR). La planta, que transformará el agua de mar en agua potable, tendrá una capacidad de 16 hectómetros cúbicos y se prevé que esté lista a finales de 2026, ya que representa el último año en el que se pueden utilizar los fondos del PRR.
"Este proyecto estructural para la región tiene como objetivo garantizar la resiliencia del abastecimiento público a la población del Algarve, especialmente en períodos de sequía prolongada, a través de un aumento de la disponibilidad de agua", ha afirmado la empresa. António Eusébio, presidente de Aguas del Algarve, ha añadido, complementando a los trabajadores de la empresa, que "en un momento de gran complejidad de procesos, inherente a los desafíos que la escasez de agua viene planteando a la región", han trabajado duro para cumplir los plazos.
Además del proyecto de desalinización, se están llevando a cabo otras iniciativas para combatir el problema: detener o reducir el riego de parques y zonas verdes, así como el uso de agua depurada para limpiar carreteras y regar campos de golf. Estos procedimientos están muy influidos por las medidas de restricción del consumo de agua aplicadas por el Gobierno tanto en el sector agrícola como en el urbano, que entrarán en vigor a partir de marzo.
Otra solución que se está estudiando para reducir el impacto de la sequía que sufre actualmente Portugal es la captación de agua del río Guadiana, que después se llevará a la presa de Odeleite. Además, también se está estudiando la construcción de una nueva presa en el arroyo de Foupana.
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