La mayoría de los portugueses dejan de trabajar cuando empiezan a cobrar su pensión, pero hay algunos que deciden seguir trabajando, ya sea por necesidad económica o por el deseo de seguir siendo productivos. Según datos delInstituto Nacionalde Estadística(INE), uno de cada diez portugueses sigue trabajando incluso después de jubilarse.

En total, el año pasado había 1,1 millones de personas que recibían una pensión de vejez en Portugal, de las cuales el 57,5% indicaron que habían dejado de trabajar cuando recibieron su primera pensión.

Sin embargo, el 13,2% siguió trabajando, "principalmente por necesidades económicas (46,5%), el deseo de seguir siendo productivo (30,8%) y la necesidad de seguir integrado socialmente (10,9%)".