Mediante un programa llamado contexts.live, la tecnología envía los sobretítulos de la ópera directamente a las máquinas de lectura braille de los espectadores, proporcionando una descripción silenciosa de la representación.

Ya existen audiodescripciones, pero pueden interferir con la música.

Tras el éxito de la primera prueba de la ópera Le Comte Ory, de Rossini, durante la temporada de Auckland, la tecnología se convertirá en una opción permanente para las representaciones de la Ópera de Nueva Zelanda.