"El flujo hacia la playa ha sido normal y sin restricciones. Las limitaciones que existen son las que ya causaba el antiguo puente", afirmó Rogério Bacalhau, alcalde de Faro, en una entrevista concedida a Sul Informação.

Fue también debido a estas limitaciones que se llegó a la conclusión de que era necesaria una nueva infraestructura para responder al movimiento en esa zona.

En el puente actual, como sólo hay un carril, el tráfico circula alternativamente, lo que a veces provoca largas colas, sobre todo en las horas punta de acceso a la zona de baño.

Con "todos los tableros ya colocados" y las obras desarrollándose según el calendario previsto, Rogério Bacalhau afirma que el puente debería estar terminado "en tres o cuatro meses".

El nuevo puente de la Praia de Faro tendrá unos 180 metros de largo y un tablero de 11 metros de ancho, que incluirá dos carriles para la circulación de coches y dos pasarelas peatonales, una de ellas combinando componentes peatonales y ciclistas.