El consejo municipal del distrito de Bragança explicó que la medida pretende "controlar la presión sobre los ecosistemas y su integridad ecológica y, al mismo tiempo, promover una mayor seguridad y crear una mayor conciencia de sostenibilidad medioambiental". Cada año, durante la temporada de baño, el embalse recibe 400.000 visitantes de diversas nacionalidades.

"Poco a poco iremos avanzando y empezaremos a cobrar por el balneario más frecuentado, cuyo acceso suele estar congestionado. (...) Era una decisión que teníamos que tomar, por el bien de todos. Con esta tasa de acceso, estaremos ayudando a cubrir los costes de mantenimiento de las zonas, promoviendo una gestión más cómoda y segura de las carreteras e inculcando una mayor conciencia de sostenibilidad medioambiental", explicó Benjamim Rodrigues, alcalde de la localidad, subrayando que la cantidad cobrada es simbólica.

El objetivo es ampliar la tasa a la segunda playa, Fraga da Pegada. El ayuntamiento también anunció que se realizarán mejoras en las zonas de aparcamiento.

El embalse de Azibo abarca 4.897 hectáreas y las dos playas fluviales han ostentado la Bandera Azul y la Calidad Oro durante años consecutivos. Abarca las parroquias de Vale da Porca, Santa Combinha, Podence, Salselas y Vale de Prados.

Forma parte de la Red Natura 2000 y de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza de la Meseta Ibérica y es una zona protegida.