La ruta ciclista, que ofrece pueblos remotos, lagos vírgenes y diversidad cultural, no sólo muestra la belleza natural de la región, sino que también fomenta la unidad entre sus comunidades, históricamente divididas.
La ruta también promueve el turismo sostenible, ofreciendo oportunidades económicas a las comunidades locales al tiempo que preserva el patrimonio único de la región.