Luís Vicente, Presidente de la Sociedad Portuguesa de Medicina Reproductiva, subrayó que, incluso con la inmigración, Portugal sigue sin atajar el problema. "Estamos asistiendo a un aumento de la infertilidad, lo que requiere impulsar la concienciación pública, aplicar políticas de promoción de la salud y animar a las empresas a adoptar medidas orientadas a la familia para que las mujeres no se vean obligadas a retrasar la maternidad", afirmó.

El Sr. Vicente señaló que en 2022 la OMS reveló que la infertilidad afecta ahora a una de cada seis parejas, frente a una de cada diez, lo que subraya la necesidad de un esfuerzo colectivo y múltiple.

El movimiento, que se presentará en el Centro Cultural de Belém, pretende implicar no sólo a los profesionales de la salud -médicos, enfermeros, embriólogos-, sino también a empresas y representantes institucionales. Los organizadores señalan las preocupaciones económicas, la falta de apoyo a la planificación familiar y las malas condiciones de trabajo, que llevan a muchos a posponer la paternidad, lo que repercute en la salud emocional de los jóvenes y reduce el deseo de tener hijos.

El Sr. Vicente insistió en la necesidad de una prevención previa junto con el tratamiento de la infertilidad, ya que los embarazos a edades más avanzadas conllevan mayores riesgos. "No podemos limitarnos a decir a las mujeres que tengan hijos antes, porque a menudo responden: 'Nos gustaría, pero no tenemos las condiciones'".

En el acto del jueves se mostrarán las empresas que ya aplican políticas favorables a la familia, como horarios flexibles y trabajo híbrido, para evitar penalizar a las mujeres cuando tienen hijos.

Vicente también reclamó un mejor acceso a los tratamientos de infertilidad -en el sur del país no existen centros públicos- y políticas que promuevan hábitos saludables, como atajar tóxicos reproductivos como el cannabis, que perjudica la fertilidad masculina.

Un último pilar es la alfabetización sanitaria. "La educación debe concienciar sobre la fertilidad", dijo, señalando que muchas mujeres jóvenes desconocen su reserva ovárica o las opciones de congelación de óvulos. Según un estudio europeo, el 78% de las mujeres de entre 30 y 45 años desconocen la reserva ovárica, y el 70%, la criopreservación.

El movimiento advierte de que el descenso de las tasas de fertilidad amenaza con agravar la escasez de mano de obra, socavar los sistemas de protección social y reducir la competitividad global. En 2024, Portugal registró unos 84.650 nacimientos, un 1,2% menos que el año anterior, y un tercio de ellos fueron hijos de madres extranjeras.