"La educación inclusiva es una reforma estructural de la educación", dijo el Ministro João Costa, en una sesión para presentar los resultados del Sistema de Sistema de Seguimiento de la Aplicación del Régimen Legal de la Educación Inclusiva en Portugal, refiriéndose a que esta reforma "pasa por el diseño de una escuela que no sirve al discurso falaz de la meritocracia, sino que diseña una escuela para una misión muy clara de llevar a cada uno más lejos, no de una élite que ya lo tiene todo para el éxito".

El ministro señaló que el camino hacia la construcción de una escuela cada vez más inclusiva no comenzó con el actual marco legislativo legislativo actual, "sino hace varias décadas", cuando Portugal se adhirió a la de 1994.

La Declaración de Salamanca es una resolución de las Naciones Unidas sobre sobre educación especial que establece procedimientos estándar para la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad.

El Gobierno se dio cuenta de que estaba "en condiciones de ir de ir más allá y dar un paso más", pasando de una "perspectiva integradora a una inclusiva", dijo.

João Costa dijo que esta nueva visión comenzó a diseñarse en 2016 e incluyó el trabajo de "escuelas que ya marcaban la diferencia, porque no veían la diversidad como un problema, sino como un activo o como una misión". En 2018 se aprobó el decreto-ley con la nueva normativa para la educación inclusiva.

Según João Costa, con este cambio, todos los "alumnos tienen un lugar en el aula", siendo el currículo el principal instrumento para la inclusión: "Cada uno de nosotros tiene la capacidad de aprender. Ninguno de nosotros tiene derecho a decir que algunos no aprenden", defendió.