Según los datos facilitados a ECO por la Asociación Portuguesa del Automóvil (ACAP), hasta este mes de junio se matricularon en Portugal 75.449 coches nuevos, de los cuales 48.863 eran de segunda mano que habían sido importados del extranjero, lo que corresponde al 64,76% del mercado de unidades nuevas.
"No hay suficiente oferta en el mercado nacional de usados", lamenta el secretario general de ACAP, Helder Pedro. "Como es muy difícil conseguir vehículos nuevos, es necesario comprar un coche usado".
El peso de los coches usados en las matrículas nuevas se ha acelerado desde el covid-19, primero, por los cierres; después, por la falta de semiconductores. En 2020, los coches de segunda mano representaban el 39,91% del mercado de matriculaciones nuevas; en 2021, la cuota subió al 49,4%.
Antes de eso, los coches de segunda mano ya crecían en importancia en el mercado nacional: en 2017, correspondían al 29,8% de los coches nuevos; en 2018, la representación era del 33,83%; en el año anterior a covid-19, el peso era del 35,48%.
Contando solo las cifras del primer semestre: hay más coches usados importados en 2022 que en cada uno de los años anteriores, hasta 2019 (38.069 coches).