"A día de hoy, las reservas de sangre y componentes sanguíneos se mantienen estables, siendo la situación cómoda y no dando lugar a ninguna preocupación", dijo a Lusa una fuente del Instituto Portugués de Sangre y Trasplantes (IPST).

A finales de enero, el instituto hizo varios llamamientos para aumentar las donaciones, teniendo en cuenta que había una "gran dificultad para mantener estables las reservas de componentes sanguíneos", en gran parte debido a la pandemia de covid-19, que impidió a muchos donantes dede donantes se desplacen a los centros de donación.

Según el IPST, en ese momento se produjeron varias situaciones que contribuyeron a la caída de las reservas, como el "pico de infecciones por covid-19 con aislamiento profiláctico", pero también las infecciones respiratorias restantes y las condiciones meteorológicas desfavorables.

Aunque la situación es ahora estable, la misma fuente añadió que, además de los "desafíos globales", como los cambios demográficos y las enfermedades emergentes, las donaciones de sangre están sujetas a variaciones estacionales.

"Los meses más críticos son enero y febrero, debido a las infecciones respiratorias y, aunque de forma menos acusada, el periodo estival", señaló el IPST.

Según el instituto, las donaciones de sangre sufrieron una reducción del 7% en 2020, aunque, con la disminución de la actividad asistencial hospitalaria, se pudo "responder siempre a las necesidades existentes".

A este descenso en el primer año de la pandemia le siguió una "importante recuperación" en 2021, con una inversión de la tendencia observada desde 2008 de disminución del número de donaciones y donantes, destacó el IPST.

Según la misma fuente, en 2021 se produjo un aumento del número de donantes que realizaron donaciones y de los que lo hicieron por primera vez, una tendencia que parece continuar este año.