A pesar de que el 25,9% de los adultos en Inglaterra son obesos, según la encuesta más reciente del Gobierno, muchas personas de talla grande creen que el sector de los viajes no les tiene en cuenta, y algunas recurren a las redes sociales para expresar sus preocupaciones.

Hemos preguntado a dos personas influyentes en el sector de los viajes de tallas grandes qué creen que les facilitaría el viaje...

La percepción de las personas de talla grande

Kirsty Leanne, de 29 años, una influencer de Telford, Shropshire, que pensaba que estaba "demasiado gorda para viajar", pero que ahora planea vacaciones en grupo para mujeres con curvas, cree que la percepción de las personas de talla grande tiene que cambiar.

"A menudo se cree que no somos capaces de viajar, que somos demasiado perezosas para disfrutar de los viajes, pero para muchas personas de talla grande no es así", afirma Leanne.

"La aventura significa algo diferente para cada persona, así que no importa cómo sea tu 'viaje' como persona de talla grande, es válido".

"Yo solía decirme a mí misma que tenía que perder peso para viajar, y tardé mucho en darme cuenta de que no tiene por qué ser así.

"El mundo está a tu disposición tal y como eres ahora, y no tienes que adelgazar para disfrutar".

Desde que publicó en Internet sus experiencias de viaje con tallas grandes, se ha dado cuenta de que no está sola.

Así lo explica: "A menudo recibo mensajes de personas de tallas grandes en las redes sociales diciéndome que se sienten igual que yo. Quiero que todo el mundo sepa que no hay límite de talla cuando se trata de ver mundo".

"Claro que habrá dificultades, pero no es imposible".

Créditos: PA; Autor: PA;

Jaelynn Chaney, una "activista gorda" de 26 años e influencer de Vancouver (Washington) que da consejos sobre viajes de tallas grandes, ha experimentado barreras similares.

"A diario, recibo mensajes de personas que comparten sus dudas y temores sobre viajar debido a experiencias pasadas negativas o a la percepción de que no encajarán cómodamente en ciertos espacios", dice.

"Muchos se han abstenido de viajar durante una década o más, preocupados por la posibilidad de ser juzgados o maltratados por su estatura.

"Es descorazonador ver cómo influye en estas decisiones la creencia de que vivir con un cuerpo más grande conlleva mayores costes y dificultades en el ámbito de los viajes.

"Esto subraya la urgente necesidad de un cambio en las percepciones sociales y las prácticas de la industria para garantizar que todo el mundo se sienta bienvenido y cómodo explorando el mundo, independientemente de su tamaño corporal".

Asientos de avión

Leanne también publica carretes en Instagram en los que valora la accesibilidad de los asientos de los aviones y sus cinturones de seguridad para las personas de tallas grandes.

Dice: "Cuando se trata de aviones, por ejemplo, sería estupendo que hubiera políticas que tuvieran en cuenta la comodidad y la seguridad de los pasajeros de todas las tallas".

"A lo largo de los años, los asientos se han ido reduciendo, y para las personas de talla grande volar resulta cada vez más incómodo.

"Hago todo lo posible por conseguir un segundo asiento vacío a mi lado, pero a menudo no es posible y eso significa que acabo llegando a mi destino sufriendo".

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Chaney se hace eco de esta opinión y explica el impacto: "El peaje emocional es profundo, sabiendo que la infraestructura y los servicios no siempre están diseñados para adaptarse a los distintos tipos de cuerpo.

Esta falta de inclusión crea una sensación de incomodidad generalizada, ya que actividades tan sencillas como encontrar un asiento adecuado resultan emocionalmente agotadoras".

"El malestar físico es palpable, sobre todo cuando hay que enfrentarse a asientos que no se adaptan, lo que provoca una incomodidad permanente durante todo el viaje.

"La frustración aumenta al darse cuenta de que muchas personas carecen de empatía o de conocimientos sobre cómo adaptarse, lo que contribuye a una sensación generalizada de que no se les tiene en cuenta".

Equipamiento y servicios de mayor tamaño

Leanne añade: "Otras cosas que podrían cambiar son las sillas más grandes en los restaurantes y las toallas y albornoces más grandes en los hoteles y balnearios.

Sin embargo, creo que el cambio más importante es simplemente que en los sitios web y las plataformas de reserva se ofrezca información que permita a las personas de tallas grandes tomar sus propias decisiones con conocimiento de causa".

"Esto significa indicar la anchura de los asientos en restaurantes y teatros, y dar información sobre el tamaño de las camas en los hoteles".

Chaney también afirma: "Los servicios de los alojamientos, como toallas y albornoces, también pueden carecer de la necesaria inclusividad de tallas, lo que dificulta aún más la comodidad de los viajeros de tallas grandes".

"Más allá de los viajes en avión, las personas de talla grande pueden tener dificultades para encontrar excursiones y equipos adaptados a su tamaño corporal, lo que limita sus opciones de actividades inclusivas y agradables".

"Abordar estas barreras es vital para fomentar una industria de viajes más inclusiva y accesible que reconozca y se adapte a las diversas necesidades de todos los viajeros, independientemente de su tamaño corporal."