Estamos acostumbrados a considerar por separado la empresa y la responsabilidad social. Sin embargo, desde hace año y medio, estos conceptos están cada vez más entrelazados. Cada vez más empresas demuestran su voluntad de aportar una parte de sus beneficios y recursos a la sociedad. Cada vez más personas prefieren las empresas que apoyan activamente a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Ser socialmente responsable ahora es el camino hacia un futuro exitoso.


¿Qué es la inversión social?

Se habla de inversión social cuando una empresa destina una parte de sus fondos, recursos y tiempo a abordar o mejorar un problema social. Normalmente, cada entidad elige su dirección de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) que se alinea con las actividades de la empresa o refleja los valores del equipo o del fundador. Elegir una dirección no es difícil; realizar un estudio de mercado, identificar un problema social y determinar cómo se puede abordar suele ser suficiente. Según Ruslan Tymofieiev, una de las ventajas de las empresas responsables es también que atraen la atención de las nuevas generaciones de trabajadores que quieren formar parte de algo más que un sueldo. Por lo tanto, los inversores y las empresas que invierten recursos en proyectos sociales encontrarán fácilmente el éxito en el mercado laboral.


¿Cuáles pueden ser las direcciones de la inversión social?

Ayuda a los militares y a las personas afectadas por la guerra. Compra de equipos y material táctico para los militares, suministro de ayuda humanitaria a los residentes de las ciudades en primera línea.

Iniciativas medioambientales. Destinadas a la conservación de los recursos naturales, lucha contra el cambio climático, eficiencia energética, etc.

Iniciativas de educación y desarrollo. Destinadas a mejorar las oportunidades educativas y el desarrollo de instituciones educativas. Sanidad. Inversiones para mejorar el acceso a una atención médica de calidad, luchar contra las enfermedades y apoyar a los hospitales y centros sanitarios. Desarrollo tecnológico. Creación de tecnologías con impacto social, como las que permiten el acceso a la educación o la sanidad en regiones remotas.

Hay muchas direcciones de este tipo en general; puedes ayudar a organizaciones existentes o poner en marcha tus propias iniciativas. Lo principal es seguir siendo socialmente responsable ante la sociedad y dar ejemplo a otras empresas con tus actividades.


Ruslan Tymofieiev habla de su propio proyecto de RSC: CLUST SPACE, un innovador refugio inteligente.

Para nosotros, hemos optado por implantar soluciones de seguridad modernas en centros de enseñanza superior de Ucrania.

¿Por qué esta orientación? En el centro de nuestros valores siempre ha estado la cuestión de la educación, y como creadores de empresas, desarrollamos negocios EdTech. Sin embargo, durante el periodo de guerra, sentimos la responsabilidad de hacer nuestra contribución al proceso educativo continuo. Inicialmente, analizamos los problemas actuales de las instituciones de educación superior ucranianas y comprendimos que la cuestión de los refugios para apoyar el proceso de aprendizaje seguro de los estudiantes es muy aguda. Por lo tanto, cambiamos nuestra estrategia y decidimos reorganizar los refugios antiaéreos situados en los campus universitarios, transformándolos en centros educativos seguros. Así surgió la idea de crear el refugio inteligente CLUST SPACE.

Actualmente, ya estamos poniendo en marcha el primer refugio innovador, CLUST SPACE, en colaboración con el Instituto Politécnico de Kiev Igor Sikorsky (KPI) y el estudio de diseño Peker&Partners, con la participación de estudiantes de la Universidad Nacional de Construcción y Arquitectura de Kiev (KNUBA). Estamos en la fase de preparación de los trabajos de construcción.

Confiamos en que la combinación de soluciones innovadoras y asociaciones con universidades creará un espacio donde converjan el conocimiento y la seguridad, fomentando el desarrollo de la educación y la sociedad en su conjunto. Se convertirá en un lugar seguro para la formación de los futuros especialistas en tecnologías de la información de Ucrania. CLUST Space también puede convertirse en una plataforma de comunicación con los estudiantes, donde las empresas ucranianas de TI puedan celebrar actos de orientación profesional y fidelizar a los futuros profesionales.


¿Qué beneficios aportan los proyectos sociales?

La responsabilidad social no sólo beneficia a la sociedad o al medio ambiente, sino también a las empresas que participan en ella. Cualquier actividad centrada en el componente social en el futuro puede aportar a una empresa una cuota inagotable de lealtad y empleados entregados. Profundicemos en las ventajas de la empresa socialmente responsable:

  • En primer lugar, mejora la reputación. La implicación en proyectos sociales contribuye a una percepción más positiva de la empresa por parte de consumidores, clientes y empleados.

  • Fideliza a los clientes. Normalmente, la gente apoya a las marcas o empresas que abordan activamente cuestiones sociales o contribuyen al desarrollo sostenible.

  • Atraer a empleados con talento. Las iniciativas sociales de éxito se convierten en un imán para trabajadores con talento que quieren formar parte de una organización con un impacto social significativo.

  • Mejorar el ecosistema empresarial. La participación en proyectos sociales facilita la colaboración con otras empresas y organizaciones gubernamentales, contribuyendo a la mejora del ecosistema empresarial.

  • Aumento de la visibilidad. Algunas iniciativas sociales obtienen una publicidad significativa, aportando un reconocimiento adicional a la empresa.

Así pues, como vemos, los proyectos sociales tienen el potencial de catalizar cambios positivos en la sociedad y pueden reportar beneficios no sólo al medio ambiente, sino también a las empresas. En el mundo moderno, los clientes no sólo buscan satisfacer una necesidad concreta; quieren conocer la empresa que hay detrás y qué valores comparte. Uno de estos valores compartidos son los proyectos sociales.

Las empresas tienen acceso a importantes recursos, por lo que pueden ser impulsoras de cambios positivos, contribuyendo al desarrollo sostenible, la justicia social y la conservación del medio ambiente. Así, los proyectos sociales no son sólo actos de "caridad", sino también inversiones de futuro que reportarán beneficios tanto a la empresa como a la sociedad en su conjunto.