Oslo se clasificó como la ciudad más estresante para los conductores, seguida de Lisboa en segundo lugar, Milán en tercero y, por último, Londres y Budapest en cuarto y quinto lugar respectivamente.

La metodología del estudio se basa en medir la frecuencia cardiaca de un conductor tipo en las calles de la ciudad. Así se compara la frecuencia cardiaca en reposo y durante la conducción. Los datos se cruzaron después con las opiniones de automovilistas y motoristas en foros, donde se debaten las condiciones de las carreteras, el aparcamiento y otros temas.

La conducción en Lisboa se describió como "un reto, dado su terreno accidentado y las estrechas calles del centro histórico. Además, en las carreteras principales, la congestión del tráfico puede ser otro de los problemas".

Según esta clasificación, Lisboa tiene una diferencia de 36 puntos entre la frecuencia cardiaca en reposo y en conducción. Sin embargo, para los que buscan alternativas al vehículo privado, "Lisboa ofrece una excelente red de autobuses, tranvías y metro, así como funiculares y ascensores".