El 14 de agosto, el animal fue filmado en Praia dos Pescadores, en Cascais, antes de ser visto de nuevo en Paredão, en la zona de Monte Estoril.

Dadas las constantes visitas de la foca a la costa portuguesa, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques emitió una advertencia, pidiendo que no se moleste al animal.

"Recomendamos que no se moleste al animal y que se evite acercarse a él para fotografiarlo o interactuar con él. Es un animal salvaje capaz de reaccionar agresivamente cuando se siente amenazado", reza el post en Instagram.

El 20 de agosto, la Red de Varamientos de Lisboa y Valle del Tajo (RALVT) ya había hecho un llamamiento para que "el público no se acerque al animal y no intente interactuar con él, dándole la oportunidad de descansar".

"El animal estaba flotando en el agua, aparentemente en posición de reposo. No se apreciaban lesiones externas, ni había redes u otros restos sujetando al animal, y no parecía demacrado (delgado). Tras un seguimiento de aproximadamente tres horas, el animal acabó sumergiéndose y saliendo a mar abierto, por lo que se realizó una inspección en barco para ver si se volvía a avistar", reza el pie de foto de los vídeos difundidos por la RALVT, que también pide que, "en caso de avistamiento", se contacte con la institución y se envíen las coordenadas de la localización y fotografías/vídeos del animal.

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