La herramienta se probó en aproximadamente 30.000 individuos con y sin trastornos del espectro autista y utiliza el aprendizaje automático para analizar datos médicos "fácilmente disponibles" obtenidos de niños menores de dos años sin "tratamiento exhaustivo".

"Esto puede cambiar drásticamente las condiciones para el diagnóstico precoz y las intervenciones, mejorando en última instancia la calidad de vida de muchos individuos y sus familias", afirmó Shyam Rajagopalan, investigador principal.