El arte de copiar en los exámenes escolares tiene una larga historia de aplicación que comienza con la ocultación por parte de los alumnos de las respuestas en minuciosas notas escritas sobre la propia piel o su paso mediante bolas de papel hábilmente agitadas de pupitre en pupitre. Esto ha progresado desde el uso de tinteros, bolígrafos y papel secante para transmitir las respuestas hasta un entorno escolar moderno en el que se permiten ciertas ayudas, como calculadoras y dispositivos electrónicos, tanto para los exámenes en línea como para los logros del curso. En consecuencia, las oportunidades de hacer trampas abundan y han provocado el correspondiente aumento del uso efectivo por parte de los examinadores de sistemas de detección antiplagio como Turnitin.

Con la reciente y asombrosa expansión de genAI y la introducción de Chatbots como ayuda a la composición, el sistema de exámenes se ha visto desbordado. Los tutores que corrigen tanto los trabajos de los cursos como los de los exámenes informan de falsificaciones superiores al 50%, especialmente en el caso de estudiantes extranjeros que, habiendo mostrado dificultades de aprendizaje de idiomas en clase, devuelven trabajos escritos en un inglés casi perfecto. Como se ha citado a un miembro de un tribunal de examinadores: "No es un entorno social ni educativo. Un máster no vale lo que valía una licenciatura".

Por el contrario, la reacción de los administradores universitarios ha sido aceptar un régimen revolucionario que comenzó con el cierre de Covid-19 y que ahora requiere una modificación por la que el empleo de genAI debe considerarse como la nueva norma que puede conducir a la obtención de títulos y diplomas. En esto, no se ha desdeñado la cuestión de los ingresos que se perciben de los patrocinadores de los estudiantes.

Este movimiento hacia el logro de la excelencia en el uso de las herramientas se ha visto subrayado por los recientes premios Nobel. Los de física y química han sido compartidos por cinco galardonados, de los cuales sólo uno, David Baker, ha sido especialista en la materia. Los otros cuatro han sido expertos en el empleo de la IA para la búsqueda metódica y el análisis de datos con el fin de producir las tesis o conclusiones que merecen el premio.

Lo que antes se condenaba como "cribbing" o plagio es ahora un respetado medio de enseñanza superior. Pero su metodología es finita si se hace realidad el pronóstico de una eventual supremacía de la máquina sobre el intelecto humano.

Roberto Cavaleiro Tomar 21 de octubre de 2024