La próstata es una glándula del tamaño de una nuez situada en la pelvis, debajo de la vejiga, delante del recto y detrás de la base del pene. Rodea la uretra, el conducto que transporta la orina y el semen desde el pene. La próstata, junto con las vesículas seminales, produce el semen.
El cáncer de próstata es actualmente el cáncer más frecuente en los hombres. En Portugal, se estima que surgirán 6.759 nuevos casos de cáncer de próstata en 2020. Las estimaciones de Globocan 2021 sugieren que para 2040, este número aumentará a 8.216, lo que representa un aumento del 21,6%.
A pesar de ser el cáncer más común en los hombres, el cáncer de próstata es único debido a su lenta progresión y al retraso en la aparición de los síntomas.
Se han identificado algunos factores asociados a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata, entre los que se incluyen los siguientes:
- Edad: Más del 70% de los cánceres detectados afectan a hombres mayores de 65 años.
- Factores genéticos: Los hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata, especialmente si se les ha diagnosticado antes de los 60 años, tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Cuanto más cercanos son los familiares con cáncer de próstata, mayor es el riesgo.
- Factores hormonales: Algunos estudios sugieren que los factores hormonales desempeñan un papel en el desarrollo del cáncer de próstata.
- Factores medioambientales: Factores como la contaminación atmosférica, la exposición a determinados productos químicos y los fertilizantes. Los datos sugieren que las dietas ricas en frutas y verduras pueden tener un efecto protector, mientras que las dietas ricas en grasas animales pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata. La carencia de vitamina D y el consumo de alcohol también podrían ser factores perjudiciales.
El cáncer de próstata se caracteriza por su lenta evolución. Teniendo esto en cuenta, sus síntomas pueden tardar años en manifestarse. En cualquier caso, los síntomas asociados a algunos casos de cáncer de próstata pueden manifestarse inicialmente a través de trastornos de la micción:
- Incapacidad para orinar.
- Orinar con más frecuencia, especialmente por la noche.
- Orinar en pequeñas cantidades.
- Sensación de dolor pélvico o incontinencia urinaria.
- Orinar sangre.
Además de estos síntomas, puede haber otros menos frecuentes:
- Dolor frecuente en la zona lumbar y/o caderas.
- Dolor al eyacular.
- Presencia de sangre en el semen.
El cáncer de próstata suele ser una enfermedad silenciosa, de progresión lenta y a menudo asintomática (sin síntomas), por lo que la aparición de síntomas puede indicar que la enfermedad está avanzada. Detectarlo en una fase temprana es esencial, ya que permite un tratamiento con una tasa de curación muy elevada.
El cáncer de próstata puede diagnosticarse mediante pruebas médicas específicas, como la ecografía prostática (previa palpación de la próstata mediante tacto rectal) y el análisis de sangre de un marcador, el PSA (Antígeno Prostático Específico). Estas pruebas pueden detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas.
Como en todas las enfermedades oncológicas, el diagnóstico precoz es esencial para obtener mejores resultados en el tratamiento, mejorar y prolongar la supervivencia y disminuir la probabilidad de muerte.
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