Según el último boletín de la Organización MeteorológicaMundial (OMM), existe un 55% de probabilidades de que se desarrolle un episodio de La Niña "durante el periodo comprendido entre diciembre de 2024 y febrero de 2025", pero "debería ser breve y de baja intensidad".
En el boletín anterior, publicado en septiembre, la probabilidad de que se produjera un episodio de La Niña en el mismo periodo se estimaba en un 60%.
"El año 2024 comenzó con El Niño y podría convertirse en el año más caluroso jamás registrado", señala la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, en un comunicado.
"Incluso si se produce el fenómeno de La Niña, conocido por enfriar temporalmente el clima, no será suficiente para compensar el calentamiento inducido por los niveles récord de gases de efecto invernadero, cuya especificidad es retener el calor en la atmósfera", añadió.
Para el periodo comprendido entre febrero y abril del año que viene, hay un 55% de posibilidades de que se vuelvan a dar condiciones neutras.
En general, La Niña provoca variaciones climáticas a gran escala opuestas a las asociadas a El Niño, causando el enfriamiento de las aguas superficiales del Océano Pacífico tropical, central y oriental, asociado a variaciones en la circulación atmosférica tropical, por ejemplo en los vientos, la presión y las precipitaciones, explica la OMM.
La agencia de Naciones Unidas recuerda que los fenómenos climáticos de origen natural, como La Niña y El Niño, se ven afectados por el cambio climático vinculado a las actividades humanas, "que provocan un aumento de las temperaturas globales, acentúan las condiciones meteorológicas y climáticas extremas y modifican los patrones estacionales de precipitación y temperatura".
Así, destaca Celeste Saulo, "a pesar de la ausencia de condiciones de El Niño o La Niña desde mayo, hemos sido testigos de una serie de fenómenos meteorológicos extremos, incluyendo precipitaciones e inundaciones récord, que lamentablemente se han convertido en la nueva normalidad en el contexto del cambio climático".