La decisión surgió de una propuesta del único diputado de IL, Nuno Morna, presentada en comisión y justificada por el hecho de que el Gobierno Regional de Madeira del PSD, presidido por Miguel Albuquerque, fue derrocado con la aprobación de una moción de censura presentada por Chega.

La moción contó con los votos a favor de todos los partidos de la oposición (PS, JPP, Chega, IL y PAN), para un total de 26 votos, en un universo de 47 diputados que componen el parlamento madeirense. Sólo el PSD (19 diputados) y el CDS-PP (dos) votaron en contra.

Según el Estatuto Político-Administrativo de Madeira, el ejecutivo permanece en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo equipo. Mientras tanto, el representante de la República en el archipiélago, Ireneu Barreto, debe escuchar a los partidos representados en la Asamblea Legislativa, y después corresponde al Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, decidir si disuelve el parlamento y convoca elecciones.

La socialista Sancha Campanela, presidenta de la comisión de investigación propuesta por el PS, informó de que aún deben ser escuchadas 11 entidades.

El incendio rural se declaró en la isla de Madeira el 14 de agosto, en las montañas del municipio de Ribeira Brava, extendiéndose progresivamente a los municipios de Câmara de Lobos, Ponta do Sol, en el oeste de Madeira, y Santana, en la costa norte.

El día 26 fue declarado "completamente extinguido", con más de cinco mil hectáreas de superficie quemada.

Según el ejecutivo madeirense, no se registraron heridos ni destrucción de viviendas e infraestructuras públicas esenciales, pero sí se vieron afectadas zonas forestales y pequeñas producciones agrícolas.

El regreso del presidente del Gobierno regional a la isla de Porto Santo, después de viajar durante un día a Madeira, mientras el incendio seguía activo, y el supuesto retraso en solicitar el refuerzo de medios aéreos para combatir el fuego fueron cuestiones criticadas por los diferentes partidos políticos.

Las autoridades indicaron que unas 200 personas abandonaron sus casas por precaución, y se habilitaron instalaciones públicas de acogida. Muchos residentes regresaron en los días siguientes, excepto los cerca de 120 vecinos de Fajã das Galinhas, en Câmara de Lobos, que fueron reubicados definitivamente en otras localidades debido a la peligrosidad de la única carretera y acceso al lugar.

La lucha contra las llamas se vio dificultada por el fuerte viento que azotaba la región y que a menudo impidió la intervención del único helicóptero destinado a este fin en la región.

El 21 de agosto se activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil y llegaron dos aviones de Cannadair, además de un refuerzo de decenas de bomberos de la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil y de las Azores.

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