La ley de nacionalidad prevé que todo ciudadano con permiso de residencia y residente en Portugal pueda solicitar, cinco años después, la regularización de su proceso como inmigrante.

Esto incluye a muchos de los que presentaron manifestaciones de interés hace tres o cuatro años y cuyas solicitudes sólo se han tramitado ahora, advierte Pedro Góis, de la Universidad de Coimbra y uno de los autores del estudio de la Fundación Francisco Manuel dos Santos, presentado en diciembre.

"Esto podría repercutir en un gran aumento de nuevos nacionales en los próximos años", aunque los procesos de concesión de la nacionalidad también van muy retrasados.

Además de estos casos, hay procesos de reagrupación familiar que aumentarán este número total de nuevos portugueses.

Por su parte, Rui Costa Lopes, del Instituto de Ciencias Sociales (ICS) de la Universidad de Lisboa, destacó que muchos futuros portugueses no tienen intención de quedarse en Portugal, ya que eligieron el país ante un "mayor cierre de fronteras en Europa", sobre todo en el Reino Unido, con el 'brexit'.

Trasladarse a otros países

Tras obtener la nacionalidad portuguesa, podrán marcharse a otros países, lo que planteará nuevos retos consulares para Portugal, ya que, "a todos los efectos, son ciudadanos emigrantes portugueses", advirtió Pedro Góis.

El investigador destacó que los datos también indican que muchos de los inmigrantes registrados en Portugal ya están en otros países europeos.

"Hay algunas profesiones que son típicas, como conductores de vehículos pesados" o "trabajadores de la construcción que las empresas portuguesas subcontratan a varios países europeos", explicó.

"Hay otros PRR (Planes de Recuperación y Resiliencia) de otros países europeos, que también tienen una gran participación de mano de obra portuguesa y extranjera residente en Portugal", explicó.

Pedro Góis destacó que este fenómeno ya se daba en el Reino Unido, que tenía a los portugueses como "la población extranjera más encarcelada", cuando la mayoría era de origen goano, angoleño o guineano, "todos ellos con pasaporte portugués".

Sin embargo, el hecho de que el censo no identifique los orígenes étnico-raciales llevará a la invisibilidad de estos inmigrantes no integrados en la sociedad pero que, desde el momento en que tienen pasaporte portugués, dejan de ser considerados extranjeros.

"Si queremos saber de alguna manera dónde están las minorías étnicas en Portugal y hacer políticas públicas dirigidas, tenemos que conocerlas de alguna manera", consideró João António, de la Universidad Católica.

"Tenemos que empezar a pensar seriamente que la integración no termina después de cinco años, cuando se expide el pasaporte, y es necesario ir mucho más allá", afirmó Pedro Góis.

Disminución de inmigrantes

En los próximos años, el nivel de inmigrantes en Portugal disminuirá mucho, no porque hayan abandonado el país, sino porque han obtenido la nacionalidad portuguesa.

"Esto plantea nuevos retos para los que tenemos que prepararnos", destacó Rui Costa Lopes.

Según el estudio, presentado en diciembre, el 63% de los encuestados desea que disminuyan los inmigrantes procedentes del subcontinente indio, el 68% considera que la "política de inmigración vigente en Portugal es demasiado permisiva con la entrada de inmigrantes", el 67,4% afirma que contribuyen a aumentar la delincuencia y el 68,9% piensa que ayudan a mantener los salarios bajos.

Al mismo tiempo, el 68% está de acuerdo en que los inmigrantes "son fundamentales para la economía nacional".

En la misma encuesta en la que el 42% de los encuestados sobreestima el número de inmigrantes en Portugal, la mayoría está a favor de conceder derechos, como el de voto (58,8%), facilitar la naturalización (51,8%) o tramitar la reagrupación familiar (77,4%).

João António reconoció que el aumento de inmigrantes "fue muy rápido en un corto espacio de tiempo" y "hay un conjunto de opiniones y sensibilidades entre la población portuguesa que es necesario abordar".

Pedro Góis, por su parte, comete el error de pensar que los inmigrantes "llegaron entre 2022 y 2024, pero en realidad muchos de ellos llegaron antes y sólo ahora el sistema los ha integrado".

Por lo tanto, este año, "veremos un gran salto en el número de inmigrantes, aunque el número de nuevos emigrantes que llegan ya está disminuyendo."

Respecto a este tipo de investigaciones, el director científico del Observatorio de las Migraciones también defendió que deberían realizarse "con más frecuencia", para que los resultados dependan menos de contextos concretos de la opinión pública.