Nació hacia el año 284 d.C. de padres acomodados y cristianos devotos.
Tras la muerte de sus padres cuando era joven, Anysia heredó sus riquezas. En lugar de vivir una vida de lujo, optó por distribuir sus riquezas entre los pobres, encarnando los valores cristianos de caridad y humildad. Se entregó a un estricto estilo de vida caracterizado por el ayuno, la oración y la vigilia.
Durante su vida, los cristianos sufrieron graves persecuciones bajo el Imperio Romano, especialmente durante el reinado del emperador Maximiano (286-305 d.C.). En este periodo se generalizó la violencia contra los cristianos, con edictos que permitían su ejecución sin castigo. El ambiente era de miedo y opresión, ya que muchos eran asesinados simplemente por su fe.
Un día, de camino a la iglesia, Anysia se encontró con un soldado pagano en la puerta Cassandriote. El soldado le exigió que le acompañara a participar en un sacrificio pagano en un festival dedicado al dios sol. Ante sus exigencias, Anysia se resistió con firmeza. Cuando intentó quitarle el velo a la fuerza y llevársela a rastras, ella hizo gala de un coraje extraordinario escupiéndole a la cara y declarando que "¡Mi Señor Jesucristo te lo prohíbe!". Este acto de desafío enfureció al soldado.
En represalia por su negativa y audacia, el soldado atacó mortalmente a Anysia con su espada. Los testigos reunidos en torno a su cuerpo expresaron su dolor e indignación por el brutal acto cometido contra una mujer inocente debido a un injusto edicto del emperador Maximiano. Tras su muerte, sus compañeros cristianos la enterraron cerca de las puertas de la ciudad donde había sido asesinada. En honor a su martirio, más tarde construyeron una capilla sobre su tumba.
Santa Anisia es venerada principalmente en la Iglesia Ortodoxa Oriental de las regiones de influencia bizantina.