Las proyecciones sobre el cambio climático, afirma, apuntan a veranos más largos, con primaveras y otoños más estivales.

Investigador principal del Instituto Dom Luiz y profesor del Departamento de Ingeniería Geográfica, Geofísica y Energía, ambos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, Pedro Matos Soares, doctor en Física Atmosférica, es especialista en modelización climática regional, cambio climático, fenómenos extremos e interacciones tierra-atmósfera-océano.

Y es con la ayuda de la ciencia como se lo cuenta dos veces a Lusa: El clima de los últimos años es diferente del de hace dos décadas.

El clima, explica, se retrata a una escala más larga, de 30 años, pero pasados 23 del nuevo siglo ya hay datos concretos que indican que "es claramente diferente de lo que era en el siglo pasado".

"Estábamos en un clima diferente hasta el año 2000. Casi todos los años a nivel mundial, europeo y regional tenemos registros de temperaturas medias y extremas más cálidas", afirma.

Con casi la mitad del Portugal continental (48%) en sequía meteorológica y sufriendo una ola de calor, según el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera(IPMA), el país ha registrado varios incendios en los últimos días.

Pedro Matos Soares advierte de que las proyecciones son que el riesgo de incendios aumentará y que son "muy preocupantes". "El Gobierno tiene estas proyecciones", dice.

¿Y las proyecciones para las temperaturas? El especialista asegura que, para los próximos 20 ó 30 años, las proyecciones son todas "muy robustas" y apuntan a un calentamiento y a una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos.

"Todos los modelos apuntan a esto, pero dependen de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Con la continuación del crecimiento de estas emisiones, el clima es de cambio acelerado", pero si se cumple el Acuerdo de París, el aumento de las temperaturas se reducirá, explica.

Pedro Soares admite que, en las sociedades, existe a veces una "percepción emocional" de que el clima está cambiando muy rápidamente, y añade que, observando los datos, existe efectivamente esta aceleración.

La situación actual contradice la sabiduría popular de los "chaparrones de abril", pero también los datos sobre "precipitaciones muy importantes en primavera".

El profesor señala que es imposible predecir lo que ocurrirá, pero añade que no le sorprendería que el país estuviera ya entrando en el verano, "porque las primaveras sin lluvia tienden a aumentar".