Los agricultores que la hicieron esperaban que su calabaza, apodada "Claudinha", participara en el concurso "La más grande de mi pueblo", que se celebra en Paredes. Sin embargo, eso no será posible, ya que el calor de los últimos días la ha "agrietado".

El futuro de la hortaliza podría ir ahora a parar a organizaciones benéficas de carácter social que podrían dar de comer a miles de personas en forma de caldereta de calabaza, en el caso de que aún esté en condiciones para ello.

Cinco meses después de haber sido plantada, la calabaza "no soportó" el calor e hizo que las esperanzas de José Rui Santos, el agricultor de Paderne, se vinieran al suelo a pesar de todos los cuidados que había puesto en ella.

Sin embargo, el agricultor se alegra de que el peso alcanzado haya superado al de su calabaza del año pasado, que pesó 699 kg.

Cláudia Fernandes, su mujer y también agricultora, reveló que los nombres de las enormes hortalizas proceden de la familia. Esta en concreto recibió su nombre, "Claudinha".

"Como es nuestra costumbre a estas alturas, ¡bautizamos nuestras calabazas cada vez que van a un concurso! Un año fueron bautizadas con el nombre de nuestros abuelos, otro con los de nuestras madres y este año con los de nuestras hijas", explicó Cláudia.

El agricultor contó que la pareja estaba radiante por el crecimiento ejemplar de la calabaza. "Era la mejor calabaza hasta ahora. La planta estaba preciosa. ¿Estamos tristes? No, no estamos tristes".

La pareja ya mira al futuro. Ahora mismo tienen otra calabaza de 550 kg, pero la están "escondiendo" de los ojos que merodean.