La cantidad fue comunicada por el Ministerio de Justicia a Advocatus y revela que cada preso cuesta casi 20.000 euros al año al contribuyente.
"El valor se calcula a partir de un conjunto de gastos que van desde los costes de personal, asistencia médica y medicamentos, alimentación, limpieza, agua, electricidad y gas, entre otros. Es decir, todos los gastos con el funcionamiento de los establecimientos penitenciarios, excluyendo los costes relacionados con la construcción, conservación y mantenimiento del edificio", explica una fuente oficial del Ministerio de Justicia en un informe de ECO.
Advierten de que este coste medio, de 56,33 euros, tiene diferencias subyacentes entre "tipos de establecimientos". "Por ejemplo, los costes de funcionamiento y, en consecuencia, el coste diario de un interno ingresado en una prisión de especial seguridad y/o en un hospital penitenciario son superiores a los costes de un interno ingresado en una prisión ordinaria", explican.
Según datos de la Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios, en 2022, 12.198 internos estaban encarcelados en prisiones portuguesas. En total, con un coste diario de 56,33 euros, y teniendo en cuenta la población reclusa, los más de 12.000 presos cuestan al Estado alrededor de 250 millones de euros (250.796.369 euros) anuales.