En el informe de acción de calificación, Moody's afirma que el aumento de dos niveles en la calificación atribuida a la deuda soberana portuguesa refleja los efectos positivos sostenidos, a medio plazo, "de una serie de reformas económicas y presupuestarias, el desapalancamiento del sector privado" y el continuo "fortalecimiento" del sector bancario.
Moody's subraya que las perspectivas a medio plazo para Portugal están respaldadas por importantes inversiones públicas y privadas, así como por la aplicación de reformas estructurales, destacando en ambos casos la asociación con el Programa de Recuperación y Resiliencia (PRR).
En la información divulgada, Moody's afirma que el crecimiento económico y los presupuestos que apuntan hacia el equilibrio indican que "la carga de la deuda seguirá disminuyendo a los ritmos más rápidos entre las economías avanzadas", aunque a partir de niveles elevados.
Moody's prevé que la economía portuguesa crezca en torno al 2% anual en los próximos cinco años, aunque a corto plazo espera una ralentización -apunta a un crecimiento del 1,6% en 2024-.
Para 2025 apunta a un crecimiento del 1,9% impulsado por la demanda interna y externa.
En cuanto a la evolución de la deuda pública, cuyo ratio la agencia prevé que siga bajando, destaca que la reducción esperada convierte a Portugal en "un caso aislado" entre las economías avanzadas, sólo superado por Grecia e Irlanda.
La agencia también prevé que, a diferencia de lo que ocurre en otros países, en Portugal el impacto negativo de las tendencias demográficas sobre el crecimiento se verá mitigado por una migración neta sostenida, mayores tasas de participación y un aumento del crecimiento de la productividad laboral.