La innovación se basa en un "pegamento para insectos" biodegradable fabricado con aceite vegetal comestible, que imita las secreciones defensivas naturales de algunas plantas.

La sustancia actúa como un papel matamoscas pulverizable que atrapa las plagas pequeñas sin afectar a los insectos beneficiosos más grandes, como las abejas.

En las pruebas realizadas con el trips occidental de las flores -que ataca a 500 especies de cultivos hortícolas, frutales y ornamentales- se capturó al 60% de los insectos a los dos días de la pulverización.