En un comunicado enviado a la agencia de noticias Lusa, el movimiento ecologista Climáximo dijo que la sentencia fue leída esta mañana, en "el mismo mes en que la temperatura batió el récord mundial dos veces consecutivas".

Se juzgaba el caso de seis simpatizantes de Climáximo que, en diciembre de 2023, bloquearon un jet privado en el aeródromo de Cascais, para denunciar los "vuelos superfluos y de lujo de los superricos, y el uso de estas armas de destrucción masiva, cuyas emisiones están matando a personas en todo el mundo".

"Hace siete meses, mientras los gobiernos y las empresas de combustibles fósiles se reunían en la COP28, a la que volaron en masa en jet privado para una nueva ronda de falsas promesas, los partidarios de Climáximo entraron en el aeródromo de Cascais, pintaron de rojo un jet privado y lo bloquearon con sus cuerpos", recuerda Climáximo, que asegura que esta sentencia no intimidará a sus partidarios, "ni detendrá la lucha".

Inês Teles, una de las activistas condenadas, lamentó en un comunicado que "a pesar de que el tribunal admitió la gravedad de la crisis climática y el impacto de las protestas disruptivas, las personas que actuaron para detener la destrucción han sido condenadas, mientras que los verdaderos culpables siguen impunes".

La semana pasada, los simpatizantes de Climáximo estuvieron apoyando las acciones en los aeropuertos del levantamiento internacional para acabar con los combustibles fósiles en 2030, así como la lucha en Francia contra la privatización y el robo del agua por parte de las grandes industrias.

"En toda Europa, a pesar de la represión, las protestas se intensifican, reiterando la necesidad de que todo el mundo actúe ya para detener el colapso climático", destaca Climáximo.