Según la JIFE, el nivel más alto de consumo de zolpidem en todo el mundo en 2022 se registró en Uruguay, seguido de Portugal, pero en general, entre los 64 países y territorios que proporcionaron datos, el consumo medio de zolpidem en Europa "fue significativamente mayor" que en otras regiones.

Al igual que el diazepam y el fenobarbital, el zolpidem es una de las sustancias psicotrópicas sometidas a fiscalización internacional más comercializadas, destaca la organización, que añade que su producción aumentó de 38,2 toneladas en 2021 a 39,1 toneladas en 2022.

Por primera vez, este informe contiene datos sobre el consumo de ketamina, que en 2022 aumentó en toda Europa, observándose los mayores casos en ciudades de Portugal, España, Italia y Dinamarca.

El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías(OEDT) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han observado un aumento del consumo de ketamina con fines no médicos en toda Europa en 2022, lo que, según la JIFE, suscita preocupación por sus posibles graves consecuencias para la salud.

Bélgica, Francia, Italia y España registraron un aumento del número de personas que solicitaron tratamiento por consumo de la sustancia, lo que pone de relieve la necesidad de que la JIFE haga un seguimiento riguroso del consumo y sus repercusiones en la salud pública.

El informe señala que, entre diciembre de 2022 y enero de 2023, varios países europeos, entre ellos Portugal, participaron en una operación de la JIFE para combatir la producción y distribución ilícitas de diversas sustancias, incluida la ketamina, que se traficaba a través de servicios postales y de mensajería.

El informe anual sobre aguas residuales del OEDT incluía datos de 104 ciudades que revelaban que el consumo de cocaína sigue siendo elevado en las ciudades situadas en Europa occidental y meridional, en particular Portugal, España, Bélgica y los Países Bajos.

Los mayores casos de MDMA (popularmente conocido como éxtasis) también se registraron en Portugal, España, Bélgica y los Países Bajos, según el documento.

La JIFE toma nota de la "rápida aparición" en el mercado de una gama más amplia de sustancias y de unas pautas de consumo de drogas cada vez más complejas, y advierte de que los escasos conocimientos sobre los riesgos para la salud de las nuevas drogas sintéticas plantean "importantes dificultades" a la hora de ofrecer tratamientos y servicios destinados a reducir los efectos negativos para la salud y las consecuencias sociales del consumo de esas drogas.

"Debe prestarse un mayor apoyo a las autoridades policiales y sanitarias en la vigilancia de la situación y la educación de los consumidores sobre los riesgos para la salud del policonsumo", advierte.

La organización también critica en el documento a los distintos países europeos que siguieron estableciendo mercados regulados de cannabis para fines no médicos: "Estos programas no parecen ser coherentes con las convenciones de control de drogas", advierten.