El proyecto, que contempla tres posibles ubicaciones entre Odemira y Sines, pretende superar la grave escasez de agua y garantizar la supervivencia de los proyectos agrícolas de la región.

El análisis elaborado por la empresa ADAN señala el "deterioro y la limitación del suministro" de la única fuente de agua de la región, la presa de Santa Clara. Actualmente, esta infraestructura sólo tiene entre cuatro y cinco años de suministro máximo garantizado de agua, en base a un consumo agrícola anual de 12 millones de metros cúbicos y una pluviometría anual de 350mm.

Ante el empeoramiento de la situación y las previsiones meteorológicas desfavorables, el estudio encargado por AHSA sugiere una planta desalinizadora en tierra y un embalse conectado a la red de la Asociación de Beneficiarios del Mira (ABM).

El primer escenario contempla la hipótesis de construir una estación desalinizadora a lo largo de la costa del municipio de Odemira y, como tal, en el Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina (PNSACV), aunque fuera del área del Programa de Orilla Costera (POC). Esto permitiría el uso de los recursos naturales de la región, aunque asumiendo un estricto cuidado medioambiental, junto con una sólida concesión de licencias, según el estudio.

Como alternativa, el estudio "Agua Atlántica para el Sudoeste Alentejano" evaluó la posibilidad de utilizar la estación desalinizadora prevista para Sines. A esta estación se uniría una tubería de agua desalinizada que, por mar o tierra, se conectaría a Odemira, transportando el agua hasta el embalse de regularización - que, en cualquier caso, tendrá que ser construido.

Sin embargo, "cuestiones jurídicas y costes significativos" llevaron al ejercicio a un tercer escenario, a saber, el "regreso" de la desalinizadora a Odemira, en el límite del Parque Natural, alejándola aproximadamente tres kilómetros de la costa.