La inflación, que sirve de base para calcular el coeficiente de actualización anual de los alquileres de diversos tipos de arrendamientos, entre ellos el de vivienda, se situó en agosto en el 2,16%, según la estimación preliminar publicada este viernes por elInstituto Nacionalde Estadística(INE). Los datos definitivos se publicarán el 11 de septiembre.

De confirmarse este valor, significa que un alquiler actual de 500 euros podría subir 10,8 euros a principios del próximo año, mientras que uno de 1.000 euros podría incrementarse 21,6 euros, si así lo decide el propietario.

Esta actualización se aplica a todos los contratos acogidos al Nuevo Régimen de Arrendamientos Urbanos (NRAU). Es el caso de los alquileres residenciales, ya sean en régimen de renta libre, renta subvencionada (los llamados alquileres sociales) o renta condicionada. También se aplica a los contratos de arrendamiento comercial, industrial o de inmuebles para el ejercicio de una profesión liberal u otros fines no residenciales.

Esta actualización anual no incluye los antiguos alquileres anteriores a 1990, en el caso de los arrendamientos de vivienda, que tienen normas diferentes.

A pesar del nuevo aumento, el valor del coeficiente de actualización de los alquileres marca una fuerte desaceleración en comparación con lo ocurrido en los dos últimos años y que, de hecho, obligó al Gobierno a imponer un freno. El año pasado, el valor del coeficiente fue de casi el 7%.