La decisión se justifica por los "pequeños superávits presupuestarios" que Portugal debería lograr entre 2025 y 2028 y, así, reducir la deuda "más rápidamente que la mayoría de los demás países europeos". La agencia calcula que el superávit fue del 0,5 por ciento del PIB en 2024 y prevé un 0,2 por ciento para 2026-7. Se espera que la deuda caiga hasta el 84 por ciento del PIB en 2028, frente al 96 por ciento en 2024. En un entorno geopolítico incierto, S&P también cree en la reducción de los riesgos para la posición exterior del país. Incluso con los aranceles que la administración Trump amenaza con aprobar, "Portugal debería registrar superávits moderados en la cuenta corriente", señala la agencia.
En un escenario de guerra comercial, el principal riesgo para la economía portuguesa sería "secundario, a través de los vínculos con las economías más afectadas, como Alemania". La presión para aumentar el gasto militar, por otra parte, no deja reservas en S&P, que se declara "tranquila" con el historial político de Portugal, que mantiene una "trayectoria descendente de deuda pública y desapalancamiento externo".
S&P también prevé un crecimiento real del PIB de alrededor del 2 por ciento entre 2025 y 2028, superior a la estimación del 1,2 por ciento para la zona euro, gracias a una aplicación más rápida del Plan de Recuperación y Resistencia (PRR). Aún así, señala la nota, "la plena absorción para 2026" de los fondos del PRR es "improbable y el margen para una prórroga es limitado" dadas las nuevas prioridades de la Unión Europea en defensa y comercio.
En el frente político, la agencia considera "poco probable" que se convoquen elecciones anticipadas antes de julio de 2025, último mes en el que Marcelo Rebelo Sousa puede disolver el Parlamento, debido a la proximidad de las elecciones presidenciales de 2026. "La aplicación de las políticas clave será probablemente fluida, al menos hasta 2026", indica S&P.
Mercado robusto
El mercado laboral sigue siendo "robusto", y se espera que la tasa de desempleo se mantenga "baja", con una media del 6,3% entre 2025 y 2028. Para este año, S&P sigue proyectando una rentabilidad sólida para los bancos portugueses, aunque "inferior a la de 2023-2024".
En agosto del año pasado, S&P había mantenido la calificación de la deuda soberana en A-, con perspectiva positiva. Pero en marzo de 2024, S&P elevó la calificación de Portugal de BBB+ a A- y marcó el regreso del país, trece años después, al nivel "A" en todas las grandes agencias.
La agencia canadiense DBRS fue la primera del año en evaluar a Portugal, elevando la calificación del país a A (alta), con perspectiva estable, el 17 de enero. Se espera que Fitch se pronuncie el 14 de marzo y Moody's el 16 de mayo.