Mucha gente ha quedado marcada por un desafortunado encuentro con las berenjenas, tal vez porque estaban poco cocidas y resultaban esponjosas y desagradables.

Sin embargo, hay muchas razones para amar esta verdura de hoja caduca, sobre todo cuando llega la temporada. Las berenjenas están llenas de antioxidantes, tienen un alto contenido en fibra y contienen una serie de nutrientes que ayudan a la salud del corazón.

Además, lo más importante es que si se cocinan bien, las berenjenas son dulces y deliciosas. Su temporada va de julio a septiembre, lo que significa que ahora es el mejor momento para probarlas de nuevo.

He aquí algunas de las mejores formas de comerlas...

1. En baba ganoush

El humus es un alimento básico en los picnics, pero ¿qué pasa si quieres variar tus salsas este verano? Podría ser el momento de probar el baba ganoush, sobre todo porque es muy fácil de hacer.

Asa la berenjena hasta que la piel esté chamuscada y la carne tierna, pela y desecha la piel y pica o tritura el resto. Mézclalo con tahini, ajo, zumo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta y guindilla en polvo si quieres darle un toque, y tendrás un impresionante dip para pita o crudités.

2. En la barbacoa

Las berenjenas y el sabor ahumado de la barbacoa son una combinación perfecta. Atrás quedaron los días en los que poníamos unas salchichas en la parrilla y esperábamos lo mejor; ahora se trata de tener una oferta completa, con platos vegetarianos junto a los carnívoros.

Corta las berenjenas por la mitad a lo largo, córtalas en rodajas o en cubos, úntalas con un poco de aceite y colócalas en la barbacoa. Sírvelas rociadas con tus salsas favoritas, como parte de una brocheta, o en una ensalada o hamburguesa.


3. Untadas en miso

Las berenjenas absorben el sabor como una esponja y combinan perfectamente con el sabor a nuez del miso. Esta es una comida rápida, fácil y saludable entre semana: todo lo que tienes que hacer es partir una berenjena a lo largo, marcar la carne y untarla con un glaseado de miso (puedes preparar uno simplemente aflojando el miso con un poco de agua, o divertirte más con el sabor mezclándolo con vinagre de vino de arroz y aceite de sésamo).

Mételo en el horno y, cuando la berenjena esté bien tierna, ya está lista.

4. En moussaka

Lleva un poco de sol a tu plato con este clásico griego. Tradicionalmente, la moussaka se compone de capas de patata, carne picada de cordero y berenjenas suaves y dulces en una salsa a base de tomate, horneada con bechamel por encima.

Puedes personalizarla a tu gusto (por ejemplo, cambiar el cordero por lentejas para una versión vegetariana), pero las berenjenas son siempre la estrella del espectáculo.

5. Empanadas y fritas

Puede que esta no sea la opción más saludable, pero no hay nada malo en darse un capricho de vez en cuando. Corta las berenjenas en rodajas, pásalas por huevo, cúbrelas con pan rallado y fríelas. Crujientes por fuera y pegajosas por dentro, no creerás cómo se pueden transformar las berenjenas.

Sirve las rodajas finas con alioli como aperitivo, o más gruesas para que puedan sustituir a una hamburguesa de carne.