Según un informe de ECO, hay una serie de establecimientos que no están preparados para recibir niños al no disponer, por ejemplo, de habitaciones comunicadas, menús infantiles o cunas y camas supletorias, lo que acaba alejando a las familias con menores. Y teniendo en cuenta la "evolución demográfica, en la que la gente se casa más tarde y tiene cada vez menos hijos", esto podría incluso convertirse en una "tendencia creciente" en el mundo de la hostelería nacional, según Neoturis.

También se dan casos de grandes hoteles con varias piscinas, pero que reservan una de ellas sólo para huéspedes adultos, o que los balnearios practican horarios específicos sólo para adultos, ejemplifica Neoturis.

Se trata de una estrategia comercial de "posicionamiento en el mercado" y de "alineamiento con las expectativas del cliente", defiende la Asociación de Hoteles de Portugal (AHP), que añade que las unidades hoteleras pueden "posicionarse para el segmento que consideren más adecuado", dejando "al cliente la elección".

Posición jurídica

En el Decreto-Ley 15/2014, que establece el régimen jurídico de la instalación, funcionamiento y explotación de los complejos turísticos, el artículo 48 establece que "el acceso a los complejos turísticos es libre". Solo en casos de eventos especiales, como que un hotel esté reservado por una empresa, por ejemplo, o en situaciones de "alteración del normal funcionamiento" (como escenarios de falta de respeto o embriaguez), que "el operador o responsable de la urbanización turística podrá denegar el acceso a la misma".

Deco dijo a ECO que lo imperativo es la "libertad de elección" teniendo en cuenta que "de la misma manera que hay padres que se horrorizan ante lugares donde no se permite la entrada con niños", hay otros que "lo agradecen y eligen la oportunidad de un fin de semana sin gritos, sopas voladoras, rabietas o saltos a la piscina".

La asociación de defensa de los consumidores, que subraya que no ha recibido quejas ni reclamaciones por estas situaciones, considera además que "los huéspedes con niños tienen derecho a la información". Y como las opciones sin esta restricción "son más que las que les prohíben la entrada, los padres tienen así libertad de elección para otros espacios diversificados que no colisionan con las opciones de quienes optan por este segmento, cuando quieren escapar de su rutina, trabajo y estrés".

A pesar de que el rechazo de niños en las urbanizaciones turísticas no tiene soporte legal, "la urbanización puede definir políticas de admisión, siempre que sean publicitadas y conocidas por los huéspedes con antelación", subraya la asociación de defensa de los consumidores.